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viernes, 21 de junio de 2013

Revelando el humorismo liriano (Ensayo)

Revelando el humorismo liriano 
(Proyecto de obras completas, Rodrigo Lira)
María Inés González, Lissette Garrido


El humor ha sido objeto de estudio y análisis desde la antigüedad, en donde incontables intelectuales se interesaron por este fenómeno curioso de la naturaleza humana. A lo largo de la historia se ha considerado como una actividad esencial del ser humano, definiendo al hombre a tal punto de ser el único animal que piensa y como el único animal que ríe, existiendo una correlación permanente, porque no hay risa sin pensamiento.
Debido a que no hay consenso en cuanto a la definición y contenido del humor, surge un caos terminológico y conceptual. Para esto es necesario comenzar con una explicación etimológica, que permita esclarecer y justificar el significado de la palabra humor.
La palabra humor hace referencia de manera general a todo aquello que hace reír. Según la RAE, el término proviene del latían umor-oris, “humores del cuerpo humano”, de donde pasó a significar en la edad media el genio o condición de las personas, que se suponía causado por los “humores vitales”.
La teoría de los humores nació en la Grecia antigua, conjunta con la personalidad con la química del cuerpo. Se consideran como fuerzas principales el frío y el calor, lo seco y lo húmedo, lo cual conforma los cuatro humores del cuerpo: sanguíneo, flemático, colérico y melancólico. Para los antiguos la personalidad de cualquier hombre estaba conformada por los cuatro humores, aunque unos solían sobresalir más que otros y serían aquellos que determinaban tanto su personalidad como su físico.
En síntesis la palabra humor designa el estado de ánimo de una persona, habitual o circunstancial que le predispone a estar contenta y mostrarse amable, o por el contrario, a estar insatisfecha o estar poco amable, es decir se refiere a una actitud subjetiva de carácter general, que, matizada en uno u otro sentido, todos los seres humanos poseemos.
El humor posee rasgos comunes con el humorismo pero no deben confundirse. La RAE define humorismo como “manera de enjuiciar, afrontar y comentar las situaciones con cierto distanciamiento ingenioso, burlón, y aunque sea en apariencia, ligero” (Real Academia de la Lengua (2001) Diccionario de la lengua española, edición 22), a diferencia del humor (estado), el humorismo es una acción que se expresa mediante una determinada materialidad discursiva.
El humorismo según Acevedo es fruto de la melancolía de un alma elevada que llega incluso a divertirse con aquello que le entristece. En el humorismo el sujeto se identifica emotivamente con el objeto de su crítica (sociedad o personaje concreto que considera ridículo o nefasto)  en donde pone en evidencia aquellas actitudes reprochables.
El humor propone una lectura diferente de lo social, impone rupturas, desplazamientos y transgresiones mediante las cuales cuestiona las respuestas habituales del sujeto, a diferencia de la comicidad que solo busca entretener, amenizar, o bien agredir a blancos específicos. La RAE define comicidad como algo relativo a lo cómico (perteneciente o relativo a la comedia) que busca divertir o excitar la risa, creando un vínculo con un tipo de espectáculo: la comedia. La comicidad se materializa en una determinada materialidad discursiva, en donde Alonso de Santos (1998, La escritura dramática, Madrid) propone diferentes canales para la comicidad: la verbal (aquellas frases hechas), doble sentido y juegos de palabras.
Los términos humor, humorismo y la comicidad se han relacionado a lo largo del tiempo con diversos autores tales como Schopenhauer, Henri Bergson y Orellana Benado. Es necesario destacar al autor chileno Rodrigo Lira, ya que abunda en su poesía el uso de la ironía, la experimentación con el lenguaje, la intertextualidad y la crítica, en donde rescata e introduce el habla coloquial, utilizando un humor punzante en el interior de su obra que quebró la continuidad de una tradición poética enmarcada en la opresión objetiva y subjetiva en que se encontraba Chile durante la dictadura, marcando una practicidad que correspondía más que nada a preocupaciones de orden teórico, chocando así a todo paso con lo que él denominaba “los postes de la realidad”.
Se evidencia en sus textos que siempre se las arregla para tocar la nota hilarante de situaciones políticas o existencialmente dramáticas que él, mediante manipulaciones de lenguaje, desdramatizaba.
“Aunque cabe la posibilidad de que sea mejor
                                                                       no hacer nada
                                                                       nada hacia la izquierda
                                                           nada
                                               hacia 
la
            derecha
                                               nada hacia adelante tampoco, más aún,
especialmente, nada hacia adelante -está la inercia
                                               nada hacia atrás, no se puede,
trate usted de nadar hacia atrás, no se puede, la historia 
                                                                                              no retrocede°.
(Proyecto de Obras Completas, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, 2003)
Sus obras poseían un sexto sentido para detectar la ridiculez o la impostura donde una mayoría se obliga a emocionarse, en donde su humor coincide con lo que se puede entender como un humor literario, es decir, le divierte el desajuste que se produce entre la retórica de un texto y la situación representada.
“Roberto cae se estrella en el suelo de baldosas
y muere
Roberto resbala por ocho pisos de caja- escala
se desliza por el aire de ocho pisos de distancia      v
                                                                                  e
                                                                                  r
                                                                                  t
                                                                                  i
                                                                                  c
                                                                                  a
                                                                                  l”
(Proyecto de Obras Completas, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, 2003)
Los temas más tratados en la literatura de Lira son aquellos amores frustrados, el absurdo, el provincialismo arrogante y la retórica de los actores sociales. Los recogía de manera sarcástica y lo hacía aparecer en uno de sus cuadros poéticos, provocando muchas veces la catarsis de las risas nerviosas.
Rodrigo Lira logró intervenir en lo social con el dudar del lenguaje de sus puntos débiles para hacerlos estallar y jugar con ellos, insertándolos en una realidad de la que también duda, con la que se enoja, que niega y que a la vez construye desde lo imposible.
El autor trabaja desde el humorismo, desde lo grotesco y logra crear en cada uno de sus escritos un mundo desquiciado, donde el caos y el desorden se convierten en lo cotidiano. También nos invita (sin invitarnos) a reflejar y reflexionar desde la acción misma de la palabra y buscar el punto donde pararnos cuando se pierde el equilibrio de la letra impresa, siendo fiel reflejo el Proyecto de Obras Completas.
“No descansa la poesía
                                               está c
                                                           ol
                                                                       g
                                                                                  an
                                                                                              do
en la dirección de Bibliotecas Archivos y Museos de Artí
culos de lujo, de primera necesidad,
                                    oh, poetas! No cantéis
a las rosas, oh, dejadlas madurar y hacedlas
mermelada de mosqueta en el poema”.

(Proyecto de Obras Completas, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, 2003)
Jorge Montealegre, poeta y amigo de Lira, considera que se le podría llamar un poeta múltiple, a quien la poesía se le volvió insuficiente, y por tanto, debió recurrir a nuevas técnicas como los comics y parodias.
Si nos detenemos a pensar en el título del libro “Proyecto de obras completas” nos daremos cuento que el título es la clave de lectura, la manera cierta en que Lira, el yo literario o ambos, quiso que se recibieran sus poemas. Demostrando una evidente ambición litería.
“...con respecto a mis textos y manuscritos, no sé si
se podrá hacer algo. Durante mucho tiempo les tuve
mucho cariñoo y les atribuí importancia. Ahora las
cosas han cambiado, pero de todas maneras sentiría
que se destruyeran así no más ...”
(fragmento de la carta que Rodrigo dejó a
sus padres)
(“Proyecto de Obras Completas”, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, pág. 23)
Al leer este libro con tiempo, detención y dedicación, como poemas que son, se vuelve a la clave evidente del título, donde se muestra su singular fisonomía del yo. Sin falso pudor, a fuerza de desaliento emocional, existe una voz omnipresente en la mayoría de los poemas, declarando su ambición de alcanzar diferentes niveles en la escritura, estos poemas conforman producciones laboriosamente redondeadas, con principio, fin y recepción es por esto que utiliza el sustantivo “obras” y no textos, ya que la intensión es que estas obras reciban un reconocimiento masivo, crítico e histórico tal que deban ser recopiladas en tomos de “obra completa”, para su debido examen como un conjunto.
Otro rasgo igualmente característico de la voz de Lira, es la precariedad. La expresión de la falla, del defecto, de la anomalía que queda manifiesta en el carácter provisorio de su escritura. Provocando la sensación de que se está leyendo el cuaderno de poemas de un genio, o el esqueleto de una obra maestra, es precisamente eso lo que busca transmitir la voz de Lira.
La esencia de “Proyecto de Obras Completas” es su absoluta conciencia formal y, a pesar de ello, su voluntad de imperfección.
El Autor pide al Lector diScurpas por la molestia (Su Propinaes Misuerdo)”.
El libro incluye largas dedicatorias y epígrafes, que progresivamente va modificando la disposición convencional de los versos y el yo se disuelve en una serie de bromas a costa de Neruda, Parra, de Rokha, Huidobro y Lihn. El yo intenta validarse mediante la poesía, el sujeto que habla, habla porque necesita que alguien lo escuche. Aún detrás del humor  “queda el sonido de la voz sobre la página, la inflexión ronca de quien ha reído o llorado mucho” (Carlos Labbé, 2006).
En los escritos de Rodrigo Lira se puede comprobar una de las teorías que explican la naturaleza del humor, en donde se pueden observar ciertas similitudes entre la teoría de Freud y de Aristóteles: en ambas, el alma se caracteriza por tener pasiones que luchan por liberarse, en donde el humorismo tiene la misión de purificar el alma, descargar tensiones por medio de un artificio en el que la realidad queda representada frente a nosotros, siendo su contemplación un arma que aplaza el dolor y a la vez nos prepara para enfrentarlo. Dicha teoría queda expuesta en el poema Angustioso caso de soltería de Rodrigo Lira, el hablante lírico solicita compañía mediante un aviso público, en donde desenmascara los vicios y problemas de su sociedad. La honestidad con que el hablante lírico hace su propia descripción irrumpe el mundo de apariencias que vive su entorno social y resquebraja los sistemas de creencias, que hacen parecer al poema un acto absurdo. Así, notamos con claridad que el poema hace a un lado un montón de reglas y presupuestos, ya que la sociedad que privilegia mucho más las apariencias antes que la verdadera identidad. En esa misma línea, lo que hace Lira en este poema es utilizar la potencialidad de la humoricidad para reflexionar a su favor, así, critica a la sociedad de su época y presenta un personaje (hablante lírico) que vive fuera de las normas convencionales del individuo medio.
El poema se muestra como un ejercicio de escritura en un medio social, que escapa hacia un ángulo lírico y artístico, en donde nos presenta una dimensión de la humoricidad que configura el texto y nos provoca la comprensión y piedad de aquel hablante. Nos entrega una reflexión y función terapéutica para el sujeto lírico, quien en la escritura se asume como un individuo decadente dentro de la sociedad en la que vive.
Juan Esteban Pons Ferrer (el individuo representado en la foto de la izquierda)
historiador y arqueólogo (anda por donde nadie lo llama, desenterrando karmas,
............. chismes y pasados)
ingeniero de futuros utopizantes (dispone de varios para compartir)
rara especie de pájaro parlante de gayo a rayas (muy rayado)
parecido a los que tenían en La Isla de Pala, según narra San Aldous Huxley
.(ayuda -a veces, al menos- a concienciar situaciones, a darse cuenta)
nacido el 26 de diciembre de 1949 a las 11:30 A.M.
hastiado y harto -y harto- de experimentarse a sí mismo como
...............huna hentidad hincompleta
considerando
...............-el cierre de la agencia matrimonial "L´Amour"
...............-los sucesos que son del dominio del público -y los que no lo son-
...............-el aumento de la radioactividad en la biósfera
......................de los gases propelentes en la ionósfera
......................de los precios y tarifas y
...............-la situación en general y
.......................en particular la suya de él
ha decidido hacer aparecer a la luz pública el siguiente
..................... P O E M A A N U N C I O...”




Rodrigo Lira



Rodrigo Lira Canguilhem (Santiago 26 de diciembre de 1949- 26 de diciembre de 1981) fue un poeta chileno. Su poesía está en la línea de otros vates chilenos que le precedieron, como Nicanor Parra y Enrique Lihn. Abunda en sus textos el uso de la ironía, la experimentación con el lenguaje, la intertextualidad, la crítica, y un humor particularmente negro, del que todos son víctimas, incluso él mismo.

La importancia de la ortografía

La importancia de ortografía


La ortografía es parte de la gramática, y se habla de una buena ortografía cuando se escriben bien las palabras. En definitiva es un conjunto de reglas y convenciones que rigen el sistema de escritura normalmente establecido para una lengua estándar, en nuestro caso la lengua española. La importancia de ésta radica en que si no acatamos las reglas ortográficas podemos cambiar el sentido de las palabras o, en algunas ocasiones, su significando, alterando las oraciones y por lo tanto la idea que se quiere transmitir. La ortografía toma en cuenta los signos de puntuación y el uso correcto de las letras en cada palabra.

Las principales causas de una mala ortografía es el hecho de que en la mayoría de las personas no se tiene bien establecido el hábito de la lectura. Una persona que lee constantemente tiene menos probabilidad de cometer errores ortográficos, esto se debe a que los lectores observan las palabras en su forma correcta de escritura y por lo tanto saben que se tiene que escribir tal palabra de tal forma, en cierto molo reproducen el estándar que acostumbran a observar en lo que leen.



Las personas que no leen suelen dedicar la mayor parte de su tiempo libre a comunicarse por medio de las redes sociales (Massenger, twiter, facebook, etc) y los celulares (SMS, MMS), a través de estos medios se acostumbran a acordar las palabras, redactando sin ninguna regla gramatical, es por eso que nos encontramos con expresiones como: q', xq, ya po, t dije, aora bamo pa aya. Entre otras.

Errores ortográficos se encuentran en todas partes, desde notas rápidas (comentarios de facebook y mensajes de texto) hasta libros que no tuvieron una revisión completa, también es posible notarlos en medios de comunicación, anuncios publicitarios y en las redes sociales que es el lugar en donde abundan mayoritariamente. 



Los estudiantes tienen problemas de ortografía a la hora de realizar sus tareas o actividades escolares las cuales requieran de redactar un texto, por lo que este sector de la población son los que más requieren de ayuda para fortalecer la habilidad ortográfica, y por su puesto la responsabilidad recae en nosotros, los profesores de lenguaje y comunicación.


Un ejemplo claro es a la hora de escribir las palabras “hay”, “ahí”, “ahy” y “ay”. 



Es importante desarrollar una habilidad ortográfica eficiente, y es nuestro deben instruir a los estudiantes a la hora redactar, no basta con una corrección ligera de sus escritos, saber si lo hizo o no, también es necesario hacer una corrección, ¿cómo se puede esperar que el estudiante mejore si no se le dice donde se equivocó?. 



Leer por gusto



Leer por gusto es saber leer.


Hoy en día es de suma importancia el desarrollo de la lectura en los estudiantes, ya que esta es la principal habilidad que les abre la puerta al mundo. Es indispensable contar con la lectura para todos los ámbitos de la vida, ya sea en el plano personal como en el profesional y laboral.

Es necesario incentivarlos desde pequeños para que sean curiosos, muy curiosos, que pregunten, miren, observen, toquen. Que se hagan preguntas, busquen respuestas, y sientan la necesidad de conocer nuevas historias, nuevos lugares y así a través de la búsqueda, conocerán placenteramente la lectura, encontrando en esta las respuestas a sus interrogantes. 

Para leer se debe sentir la “necesidad” de hacerlo, sentir que es algo agradable, gratificante, íntimo, divertido y hasta emocionante. Evidentemente esto no es nada fácil de conseguir. Pero hay que intentarlo, y nosotros como docentes tenemos la obligación de ayudar. 

Es necesario tener mucho cuidado y sobre todo paciencia, ya que se suele fomentar a la pasividad del alumno, a que se mantengan callados y quietos, pero no es así como el alumno sentirá deseos de conocer cosas nuevas, sino que debemos fomentar la actividad, que los estudiantes sientan la inquietud de adquirir respuestas, y ser capaces de proporcionarles estas respuestas a través de la lectura.

Es importante ayudarles a encontrar lo que les pueda gustar de verdad, provocando así que se interesen y motiven, es seguro que les gustan muchas cosas. Con una visita a cualquier Biblioteca, podremos observar que es lo que más los entusiasma, ya que cuentan con varias publicaciones que podemos encontrar en formatos variados y que, suelen resultar muy atractivos para los estudiantes.


No debemos olvidar jamás que para lograr una lectura provechosa y enriquecedora tienen que ser ellos los protagonistas. Que ellos busquen, elijan, disfruten, experimenten, jueguen, coloreen e, incluso, que los rompan. Es mejor un libro dañado, que un libro que jamás se tocó.
Nosotros podemos facilitarles y favorecerles el acceso a la literatura a través de sus diferentes formatos, ya sean libros, tebeos, revistas, periódicos, ordenadores, tablets.

Es responsabilidad de nosotros mostrarles la lectura desde el lado positivo, leyéndoles cuentos, contándoles historias, escuchando grabaciones, incentivando incluso a que ellos mismo inventen, que escojan, que se sientan participantes, y puedan darse cuenta que la lectura no es solo una obligación, sino que también es una opción.

Para fomentar la lectura por placer en los estudiantes, hay que tener siempre en consideración que no a todos les gusta lo mismo, y menos les gusta pensar que lo tienen que hacer por obligación. Es necesario que se lleve a los estudiantes a librerías y bibliotecas, donde  encontrarán muchas alternativas de lectura, algunas las ojearan otras las leerán, y también otros ni se ojearán ni se leerán, pero es importante que os tengan accesibles, que puedan llegar a ellos y, en un momento dado, ojearlos o leerlos, o que al menos sepan dónde los pueden encontrar.

Leer siempre es importante y enriquecedor, sea lo que sea, que lean lo que quieran, como quieran y donde quieran. Pero que lean. Unas lecturas irán abriendo camino a otras. Hasta donde ellos quieran. De todo se aprende algo, todo abre nuevos horizontes.




La técnica del WebQuest

La nueva técnica de la WebQuest, la nueva alternativa para el profesor.




Una de las actividades más realizadas por los alumnos en Internet es la búsqueda de información, a menudo con ayuda de los motores de búsqueda como Google, AltaVista, Excite, Lycos o Yahoo. Sin embargo, estas investigaciones son actividades difíciles que toman mucho tiempo y que pueden resultar frustrantes si los objetivos no son reflejados claramente y explicados al principio.



Las WebQuests son actividades estructuradas y guiadas por un docente, con el fin de evitar estos obstáculos, proporcionando así a los alumnos una tarea bien definida, con el material necesario para finalizar una tarea con éxito. En lugar de perder horas en busca de la información, los alumnos se apropian, interpretan y explotan solo en las informaciones específicas que el profesor les asigna.


WebQuest es un modelo de aprendizaje extremamente simple y útil para propiciar el uso educativo de Internet, basado en el aprendizaje cooperativo y en procesos de investigación para aprender. Es una actividad enfocada a la investigación, básicamente es una exploración dirigida, que culmina con la producción de una página Web, donde se publica el resultado de una investigación.


Esta nueva metodología de aprendizaje está basada fundamentalmente en los recursos que nos proporciona Internet, los cuales incitan positivamente a los alumnos a investigar, potenciando el pensamiento crítico, la creatividad y la toma de decisiones, además de contribuir a desarrollar diferentes capacidades.

Esta nueva técnica esta abriendo nuevas fronteras a los docentes, ya que es un método fácil y motivador para lograr así un aprendizaje significativo en los alumnos, cabe destacar que incentiva a la cooperación entre pares y al desarrollo del pensamiento crítico. 

Las WebQuest, logran abrir la mente del estudiante frente a la nueva información, cuidándolo en todo momento de "datos basura", ya es sabido que en muchos buscadores se tiene acceso a páginas no adecuadas para menores de edad. Esta limitación no solo facilita el aprendizaje del estudiante, el cual se enfocara solo en el objetivo esperado, sino que también facilita el trabajo del docente, ya que el alumno no se distraerá con actividades de entretenimiento que ofrece internet.


Vemos como poco a poco la tecnología se va apoderando de la sala de clases, convirtiendo al proceso de aprendizaje como algo mucho más motivador y significativo. Es así como el alumno se transforma en agente activo de su propio proceso de aprendizaje logrando así a base de su propio trabajo y esfuerzo un aprendizaje significativo.

Factores de la comunicación y funciones del lenguaje

El origen del teatro

EL ORIGEN DEL TEATRO



Este documental es una recopilacion de información de diferentes fuentes en relación a "El Origen del Teatro", presentado de una forma práctica y sencilla para la fácil comprensión.

Guía de estudio (verbos, tiempo simple y compuesto, modo indicativo)

GUÍA DE ESTUDIO
VERBOS, TIEMPO SIMPLE Y COMPUESTO MODO INDICATIVO


UNIDAD: Conociendo los verbos, tiempo simple y compuesto.

SUBSECTOR: Lenguaje y comunicación

OBJETIVO FUNDAMENTAL: Reconocer las estructuras de las oraciones simples en función de la comprensión y producción de textos.

APRENDIZAJE ESPERADO: Reconocer en oraciones los verbos en tiempo simple y compuesto en modo indicativo.

NIVEL: Octavo año básico

NOMBRE:_____________CURSO:_____FECHA:______



Tiempos verbales




  • Lee el siguiente párrafo:



"Carlos notó que el ruiseñor se había lastimado la patita. Para curarlo, el niño buscó la misma medicina que su mamá le había puesto cuando se cortó un dedo". 






  • ¿Qué diferencias notas entre los verbos destacados?
  • Presente: Los verbos conjugados en este tiempo refieren a una acción que ocurre ahora, es decir, en el momento de la enunciación.
  • Futuro: Los verbos conjugados en este tiempo refieren a una acción que ocurrirá después, es decir, será posterior al momento de la enunciación.
  • Pretérito: Los verbos conjugados en este tiempo refieren a una acción que ocurrió antes, es decir, es anterior al momento de la enunciación. Hay tres tipos de pretérito que es necesario diferenciar:
  • Pretérito perfecto simple, se refiere a un hecho pasado que se encuentra terminado, la acción ocurrió una sola vez y se terminó.
  • Pretérito  imperfecto,  se refiere a acciones que habiendo ocurrido también en el pasado, continúan, ocurrieron varias veces y siguen, ocupando varios momentos del pasado.
  •  Pretérito condicional tiene que ver con acciones que dependen del cumplimiento de una condición en el pasado, por eso se dice que es el futuro de un pasado.

El modo indicativo puede conjugarse en cualquier persona. Presenta cinco tiempos simples y cinco compuestos. Se llaman formas simples a aquellos tiempos verbales en los cuales solo es necesaria una palabra para formar el tiempo verbal. En las formas compuestas se necesitan dos palabras para producir una única forma verbal. La primera se denomina auxiliar, y debe ser siempre una forma conjugada del verbo haber. La segunda palabra de los tiempos compuestos se llama auxiliado, y debe ser siempre un participio (terminación ado e ido).


En sus formas simples, los tiempos son los siguientes:
Las formas compuestas del modo indicativo se ubican en una perspectiva temporalmente anterior a las formas simples. Así en lugar del presente” hablo” vamos a tener el pretérito perfecto compuesto “he hablado”; en lugar del pretérito perfecto simple “hablé”, el pretérito anterior “hube hablado”; en lugar del pretérito imperfecto “hablaba” el pretérito pluscuamperfecto “había hablado”; en lugar del pretérito condicional “hablaría” el pretérito condicional anterior “habría hablado”; y en lugar del futuro “hablaré” el futuro anterior habré hablado.

EJERCICIOS:
1.  Subraya el verbo en cada oración. Escribe al lado de cada oración si el verbo es simple o compuesto.
           a) Carlos y su familia respetan los animales. ___________
           b) La familia había vivido en una finca de Lares. ________
           c) Natalia había viajado a las montañas. ____________
           d) Las plantas nos dan alimento, oxigeno y sombra. ______
           e) El pajarito ha cantado toda la mañana. ____________
           f)  Andrea y yo sembramos un árbol en el patio. _________
           g) Todos escuchan el canto del ruiseñor. _____________
           h) Tu has sido siempre muy bueno con mi perro. _________
           i)  Me gustan las rosas. __________
           j) Ella había querido tener un árbol de guayaba. ______


      2.   Identificar si la forma del verbo cantar está en tiempo simple o compuesto.


      a)    Yo canto:                 _____________________________
      b)    Yo habré cantado:   _____________________________
      c)    Yo he cantado:        _____________________________
      d)    Yo canté:                 _____________________________
      e)    Yo cantaré:              _____________________________
       f)     Yo cantaría:             _____________________________

3. Subraya el verbo en cada oración, reconociendo si es simple o compuesto


a)    …… Ella contará su secreto a su mejor amiga
b)    …… Yo cantaré en el festival del colegio
c)    …… El loro ha cantado toda la mañana
d)    …… Me gustan las flores rojas
e)    …… Yo voy a caminar a la plaza
f)     …… Yo hablé de mis primas esa tarde
g)    …… Él tenía la mejor calificación del curso



Guía de Lectura (La isla a mediodía, Julio Cortázar)


GUÍA DE LECTURA

UNIDAD: Para aprender debes comprender.

SUBSECTOR: Lengua Castellana y Comunicación.

NIVEL: NM1.

OBJETIVO FUNDAMENTAL: disfrutar de obras literarias significativas y representativas de diversos géneros y épocas, reconociendo su valor como experiencia de formación y crecimiento personal, contrastándola con las visiones de realidades propias y ajenas.

APRENDIZAJE ESPERADO: Analizar los elementos centrales del cuento (temas, personajes, ambientes)

Nombre:________________________      Curso: _______     Fecha:________________

  • Trabajar de forma completamente individual
  •  Leer atentamente el siguiente cuento


La isla a mediodía
Julio Cortázar

La primera vez que vio la isla, Marini estaba cortésmente inclinado sobre los asientos de la izquierda, ajustando la mesa de plástico antes de instalar la bandeja del almuerzo. La pasajera lo había mirado varias veces mientras él iba y venía con revistas o vasos de whisky; Marini se demoraba ajustando la mesa, preguntándose aburridamente si valdría la pena responder a la mirada insistente de la pasajera, una americana de las muchas, cuando en el óvalo azul de la ventanilla entró el litoral de la isla, la franja dorada de la playa, las colinas que subían hacia la meseta desolada. Corrigiendo la posición defectuosa del vaso de cerveza, Marini sonrió a la pasajera. «Las islas griegas», dijo. «Oh, yes, Greece», repuso la americana con un falso interés. Sonaba brevemente un timbre y el steward se enderezó sin que la sonrisa profesional se borrara de su boca de labios finos. Empezó a ocuparse de un matrimonio sirio que quería jugo de tomate, pero en la cola del avión se concedió unos segundos para mirar otra vez hacia abajo; la isla era pequeña y solitaria, y el Egeo la rodeaba con un intenso azul que exaltaba la orla de un blanco deslumbrante y como petrificado, que allá abajo sería espuma rompiendo en los arrecifes y las caletas. Marini vio que las playas desiertas corrían hacia el norte y el oeste, lo demás era la montaña entrando a pique en el mar. Una isla rocosa y desierta, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podía ser una casa, quizá un grupo de casas primitivas. Empezó a abrir la lata de jugo, y al enderezarse la isla se borró de la ventanilla; no quedó más que el mar, un verde horizonte interminable. Miró su reloj pulsera sin saber por qué; era exactamente mediodía.
A Marini le gustó que lo hubieran destinado a la línea Roma-Teherán, porque el paisaje era menos lúgubre que en las líneas del norte y las muchachas parecían siempre felices de ir a Oriente o de conocer Italia. Cuatro días después, mientras ayudaba a un niño que había perdido la cuchara y mostraba desconsolado el plato del postre, descubrió otra vez el borde de la isla. Había una diferencia de ocho minutos pero cuando se inclinó sobre una ventanilla de la cola no le quedaron dudas; la isla tenía una forma inconfundible, como una tortuga que sacara apenas las patas del agua. La miró hasta que lo llamaron, esta vez con la seguridad de que la mancha plomiza era un grupo de casas; alcanzó a distinguir el dibujo de unos pocos campos cultivados que llegaban hasta la playa. Durante la escala de Beirut miró el atlas de la stewardess, y se preguntó si la isla no sería Horos. El radiotelegrafista, un francés indiferente, se sorprendió de su interés. «Todas esas islas se parecen, hace dos años que hago la línea y me importan muy poco. Sí, muéstremela la próxima vez.» No era Horos sino Xiros, una de las muchas islas al margen de los circuitos turísticos. «No durará ni cinco años», le dijo la stewardess mientras bebían una copa en Roma. «Apúrate si piensas ir, las hordas estarán allí en cualquier momento, Gengis Cook vela.» Pero Marini siguió pensando en la isla, mirándola cuando se acordaba o había una ventanilla cerca, casi siempre encogiéndose de hombros al final. Nada de eso tenía sentido, volar tres veces por semana a mediodía sobre Xiros era tan irreal como soñar tres veces por semana que volaba a mediodía sobre Xiros. Todo estaba falseado en la visión inútil y recurrente; salvo, quizá, el deseo de repetirla, la consulta al reloj pulsera antes de mediodía, el breve, punzante contacto con la deslumbradora franja blanca al borde de un azul casi negro, y las casas donde los pescadores alzarían apenas los ojos para seguir el paso de esa otra irrealidad.

Ocho o nueve semanas después, cuando le propusieron la línea de Nueva York con todas sus ventajas, Marini se dijo que era la oportunidad de acabar con esa manía inocente y fastidiosa. Tenía en el bolsillo el libro donde un vago geógrafo de nombre levantino daba sobre Xiros más detalles que los habituales en las guías. Contestó negativamente, oyéndose como desde lejos, y después de sortear la sorpresa escandalizada de un jefe y dos secretarias se fue a comer a la cantina de la compañía donde lo esperaba Carla. La desconcertada decepción de Carla no lo inquietó; la costa sur de Xiros era inhabitable pero hacia el oeste quedaban huellas de una colonia lidia o quizá cretomicénica, y el profesor Goldmann había encontrado dos piedras talladas con jeroglíficos que los pescadores empleaban como pilotes del pequeño muelle. A Carla le dolía la cabeza y se marchó casi enseguida; los pulpos eran el recurso principal del puñado de habitantes, cada cinco días llegaba un barco para cargar la pesca y dejar algunas provisiones y géneros. En la agencia de viajes le dijeron que habría que fletar un barco especial desde Rynos, o quizá se pudiera viajar en la falúa que recogía los pulpos, pero esto último sólo lo sabría Marini en Rynos donde la agencia no tenía corresponsal. De todas maneras la idea de pasar unos días en la isla no era más que un plan para las vacaciones de junio; en las semanas que siguieron hubo que reemplazar a White en la línea de Túnez, y después empezó una huelga y Carla se volvió a casa de sus hermanas en Palermo. Marini fue a vivir a un hotel cerca de Piazza Navona, donde había librerías de viejo; se entretenía sin muchas ganas en buscar libros sobre Grecia, hojeaba de a ratos un manual de conversación. Le hizo gracia la palabra kalimera y la ensayó en un cabaret con una chica pelirroja, se acostó con ella, supo de su abuelo en Odos y de unos dolores de garganta inexplicables. En Roma empezó a llover, en Beirut lo esperaba siempre Tania, había otras historias, siempre parientes o dolores; un día fue otra vez a la línea de Teherán, la isla a mediodía. Marini se quedó tanto tiempo pegado a la ventanilla que la nueva stewardess lo trató de mal compañero y le hizo la cuenta de las bandejas que llevaba servidas. Esa noche Marini invitó a la stewardess a comer en el Firouz y no le costó que le perdonaran la distracción de la mañana. Lucía le aconsejó que se hiciera cortar el pelo a la americana; él le habló un rato de Xiros, pero después comprendió que ella prefería el vodka-lime del Hilton. El tiempo se iba en cosas así, en infinitas bandejas de comida, cada una con la sonrisa a la que tenía derecho el pasajero. En los viajes de vuelta el avión sobrevolaba Xiros a las ocho de la mañana; el sol daba contra las ventanillas de babor y dejaba apenas entrever la tortuga dorada; Marini prefería esperar los mediodías del vuelo de ida, sabiendo que entonces podía quedarse un largo minuto contra la ventanilla mientras Lucía (y después Felisa) se ocupaba un poco irónicamente del trabajo. Una vez sacó una foto de Xiros pero le salió borrosa; ya sabía algunas cosas de la isla, había subrayado las raras menciones en un par de libros. Felisa le contó que los pilotos lo llamaban el loco de la isla, y no le molestó. Carla acababa de escribirle que había decidido no tener el niño, y Marini le envió dos sueldos y pensó que el resto no le alcanzaría para las vacaciones. Carla aceptó el dinero y le hizo saber por una amiga que probablemente se casaría con el dentista de Treviso. Todo tenía tan poca importancia a mediodía, los lunes y los jueves y los sábados (dos veces por mes, el domingo).

Con el tiempo fue dándose cuenta de que Felisa era la única que lo comprendía un poco; había un acuerdo tácito para que ella se ocupara del pasaje a mediodía, apenas él se instalaba junto a la ventanilla de la cola. La isla era visible unos pocos minutos, pero el aire estaba siempre tan limpio y el mar la recortaba con una crueldad tan minuciosa que los más pequeños detalles se iban ajustando implacables al recuerdo del pasaje anterior: la mancha verde del promontorio del norte, las casas plomizas, las redes secándose en la arena. Cuando faltaban las redes Marini lo sentía como un empobrecimiento, casi un insulto. Pensó en filmar el paso de la isla, para repetir la imagen en el hotel, pero prefirió ahorrar el dinero de la cámara ya que apenas le faltaba un mes para las vacaciones. No llevaba demasiado la cuenta de los días; a veces era Tania en Beirut, a veces Felisa en Teherán, casi siempre su hermano menor en Roma, todo un poco borroso, amablemente fácil y cordial y como reemplazando otra cosa, llenando las horas antes o después del vuelo, y en el vuelo todo era también borroso y fácil y estúpido hasta la hora de ir a inclinarse sobre la ventanilla de la cola, sentir el frío cristal como un límite del acuario donde lentamente se movía la tortuga dorada en el espeso azul.

Ese día las redes se dibujaban precisas en la arena, y Marini hubiera jurado que el punto negro a la izquierda, al borde del mar, era un pescador que debía estar mirando el avión. «Kalimera», pensó absurdamente. Ya no tenía sentido esperar más, Mario Merolis le prestaría el dinero que le faltaba para el viaje, en menos de tres días estaría en Xiros. Con los labios pegados al vidrio, sonrió pensando que treparía hasta la mancha verde, que entraría desnudo en el mar de las caletas del norte, que pescaría pulpos con los hombres, entendiéndose por señas y por risas. Nada era difícil una vez decidido, un tren nocturno, un primer barco, otro barco viejo y sucio, la escala en Rynos, la negociación interminable con el capitán de la falúa, la noche en el puente, pegado a las estrellas, el sabor del anís y del carnero, el amanecer entre las islas. Desembarcó con las primeras luces, y el capitán lo presentó a un viejo que debía ser el patriarca. Klaios le tomó la mano izquierda y habló lentamente, mirándolo en los ojos. Vinieron dos muchachos y Marini entendió que eran los hijos de Klaios. El capitán de la falúa agotaba su inglés: veinte habitantes, pulpos, pesca, cinco casas, italiano visitante pagaría alojamiento Klaios. Los muchachos rieron cuando Klaios discutió dracmas; también Marini, ya amigo de los más jóvenes, mirando salir el sol sobre un mar menos oscuro que desde el aire, una habitación pobre y limpia, un jarro de agua, olor a salvia y a piel curtida.

Lo dejaron solo para irse a cargar la falúa, y después de quitarse a manotazos la ropa de viaje y ponerse un pantalón de baño y unas sandalias, echó a andar por la isla. Aún no se veía a nadie, el sol cobraba lentamente impulso y de los matorrales crecía un olor sutil, un poco ácido mezclado con el yodo del viento. Debían ser las diez cuando llegó al promontorio del norte y reconoció la mayor de las caletas. Prefería estar solo aunque le hubiera gustado más bañarse en la playa de arena; la isla lo invadía y lo gozaba con una tal intimidad que no era capaz de pensar o de elegir. La piel le quemaba de sol y de viento cuando se desnudó para tirarse al mar desde una roca; el agua estaba fría y le hizo bien; se dejó llevar por corrientes insidiosas hasta la entrada de una gruta, volvió mar afuera, se abandonó de espaldas, lo aceptó todo en un solo acto de conciliación que era también un nombre para el futuro. Supo sin la menor duda que no se iría de la isla, que de alguna manera iba a quedarse para siempre en la isla. Alcanzó a imaginar a su hermano, a Felisa, sus caras cuando supieran que se había quedado a vivir de la pesca en un peñón solitario. Ya los había olvidado cuando giró sobre sí mismo para nadar hacia la orilla.

El sol lo secó enseguida, bajó hacia las casas donde dos mujeres lo miraron asombradas antes de correr a encerrarse. Hizo un saludo en el vacío y bajó hacia las redes. Uno de los hijos de Klaios lo esperaba en la playa, y Marini le señaló el mar, invitándolo. El muchacho vaciló, mostrando sus pantalones de tela y su camisa roja. Después fue corriendo hacia una de las casas, y volvió casi desnudo; se tiraron juntos a un mar ya tibio, deslumbrante bajo el sol de las once.

Secándose en la arena, Ionas empezó a nombrar las cosas. «Kalimera», dijo Marini, y el muchacho rió hasta doblarse en dos. Después Marini repitió las frases nuevas, enseñó palabras italianas a Ionas. Casi en el horizonte, la falúa se iba empequeñeciendo; Marini sintió que ahora estaba realmente solo en la isla con Klaios y los suyos. Dejaría pasar unos días, pagaría su habitación y aprendería a pescar; alguna tarde, cuando ya lo conocieran bien, les hablaría de quedarse y de trabajar con ellos. Levantándose, tendió la mano a Ionas y echó a andar lentamente hacia la colina. La cuesta era escarpada y trepó saboreando cada alto, volviéndose una y otra vez para mirar las redes en la playa, las siluetas de las mujeres que hablaban animadamente con Ionas y con Klaios y lo miraban de reojo, riendo. Cuando llegó a la mancha verde entró en un mundo donde el olor del tomillo y de la salvia era una misma materia con el fuego del sol y la brisa del mar. Marini miró su reloj pulsera y después, con un gesto de impaciencia, lo arrancó de la muñeca y lo guardó en el bolsillo del pantalón de baño. No sería fácil matar al hombre viejo, pero allí en lo alto, tenso de sol y de espacio, sintió que la empresa era posible. Estaba en Xiros, estaba allí donde tantas veces había dudado que pudiera llegar alguna vez. Se dejó caer de espaldas entre las piedras calientes, resistió sus aristas y sus lomos encendidos, y miró verticalmente el cielo; lejanamente le llegó el zumbido de un motor.

Cerrando los ojos se dijo que no miraría el avión, que no se dejaría contaminar por lo peor de sí mismo, que una vez más iba a pasar sobre la isla. Pero en la penumbra de los párpados imaginó a Felisa con las bandejas, en ese mismo instante distribuyendo las bandejas, y su reemplazante, tal vez Giorgio o alguno nuevo de otra línea, alguien que también estaría sonriendo mientras alcanzaba las botellas de vino o el café. Incapaz de luchar contra tanto pasado abrió los ojos y se enderezó, y en el mismo momento vio el ala derecha del avión, casi sobre su cabeza, inclinándose inexplicablemente, el cambio de sonido de las turbinas, la caída casi vertical sobre el mar. Bajó a toda carrera por la colina, golpeándose en las rocas y desgarrándose un brazo entre las espinas. La isla le ocultaba el lugar de la caída, pero torció antes de llegar a la playa y por un atajo previsible franqueó la primera estribación de la colina y salió a la playa más pequeña. La cola del avión se hundía a unos cien metros, en un silencio total. Marini tomó impulso y se lanzó al agua, esperando todavía que el avión volviera a flotar; pero no se veía más que la blanda línea de las olas, una caja de cartón oscilando absurdamente cerca del lugar de la caída, y casi al final, cuando ya no tenía sentido seguir nadando, una mano fuera del agua, apenas un instante, el tiempo para que Marini cambiara de rumbo y se zambullera hasta atrapar por el pelo al hombre que luchó por aferrarse a él y tragó roncamente el aire que Marini le dejaba respirar sin acercarse demasiado. Remolcándolo poco a poco lo trajo hasta la orilla, tomó en brazos el cuerpo vestido de blanco, y tendiéndolo en la arena miró la cara llena de espuma donde la muerte estaba ya instalada, sangrando por una enorme herida en la garganta. De qué podía servir la respiración artificial si con cada convulsión la herida parecía abrirse un poco más y era como una boca repugnante que llamaba a Marini, lo arrancaba a su pequeña felicidad de tan pocas horas en la isla, le gritaba entre borbotones algo que él ya no era capaz de oír. A toda carrera venían los hijos de Klaios y más atrás las mujeres. Cuando llegó Klaios, los muchachos rodeaban el cuerpo tendido en la arena, sin comprender cómo había tenido fuerzas para nadar a la orilla y arrastrarse desangrándose hasta ahí. «Ciérrale los ojos», pidió llorando una de las mujeres. Klaios miró hacia el mar, buscando algún otro sobreviviente. Pero como siempre estaban solos en la isla, y el cadáver de ojos abiertos era lo único nuevo entre ellos y el mar.

FIN

CLASE 1
  • Responde en tu cuaderno, con letra clara y cuidando la redacción y ortografía.
  •           Actividad de pre lectura :


1. ¿Cómo se titula el texto?
2. ¿A qué género pertenece?
3. ¿De qué crees que tratará el cuento?
4. ¿Qué te hace pensar eso?
5. ¿Quién es este hombre?

6. ¿Cómo interpretas la portada?

  • Actividad de desarrollo

1. Describe al protagonista
2. ¿Qué significaba para el protagonista la isla?
3. ¿Cuál era la isla?
4. ¿Cómo termina la historia?
5. ¿Qué conclusiones puedes sacar de lo leído?
6. Invéntale un nuevo final
7. ¿Qué te pareció el cuento? Justifica tu respuesta.

  •  Ampliando vocabulario. (Los alumnos trabajarán con diccionario).

Busca el diccionario las palabras subrayadas, y escribe el significado de cada una de ellas según el CONTEXTO en el que se utilizan en el cuento.

1. Óvalo
2. Arrecifes
3. Lúgubre
4. Hordas
5. Falúa
6. Babor
7. Tácito
8. Implacables
9. Insidiosas
10. Escarpada


CLASE 2

  • Crea tu propio relato en relación con esta isla. Inventa a tus personajes y lo que ocurre en la historia, el lugar geográfico debe ser el mismo al igual que sus particulares características. Debe tener la extensión de una plana.
  • Se trabajará en la sala de enlaces, donde los estudiantes transcriben su cuento afinando los detalles en colaboración del docente.
  • Finalmente imprimen sus cuentos y se pegan en los corredores del colegio.