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viernes, 21 de junio de 2013

Revelando el humorismo liriano (Ensayo)

Revelando el humorismo liriano 
(Proyecto de obras completas, Rodrigo Lira)
María Inés González, Lissette Garrido


El humor ha sido objeto de estudio y análisis desde la antigüedad, en donde incontables intelectuales se interesaron por este fenómeno curioso de la naturaleza humana. A lo largo de la historia se ha considerado como una actividad esencial del ser humano, definiendo al hombre a tal punto de ser el único animal que piensa y como el único animal que ríe, existiendo una correlación permanente, porque no hay risa sin pensamiento.
Debido a que no hay consenso en cuanto a la definición y contenido del humor, surge un caos terminológico y conceptual. Para esto es necesario comenzar con una explicación etimológica, que permita esclarecer y justificar el significado de la palabra humor.
La palabra humor hace referencia de manera general a todo aquello que hace reír. Según la RAE, el término proviene del latían umor-oris, “humores del cuerpo humano”, de donde pasó a significar en la edad media el genio o condición de las personas, que se suponía causado por los “humores vitales”.
La teoría de los humores nació en la Grecia antigua, conjunta con la personalidad con la química del cuerpo. Se consideran como fuerzas principales el frío y el calor, lo seco y lo húmedo, lo cual conforma los cuatro humores del cuerpo: sanguíneo, flemático, colérico y melancólico. Para los antiguos la personalidad de cualquier hombre estaba conformada por los cuatro humores, aunque unos solían sobresalir más que otros y serían aquellos que determinaban tanto su personalidad como su físico.
En síntesis la palabra humor designa el estado de ánimo de una persona, habitual o circunstancial que le predispone a estar contenta y mostrarse amable, o por el contrario, a estar insatisfecha o estar poco amable, es decir se refiere a una actitud subjetiva de carácter general, que, matizada en uno u otro sentido, todos los seres humanos poseemos.
El humor posee rasgos comunes con el humorismo pero no deben confundirse. La RAE define humorismo como “manera de enjuiciar, afrontar y comentar las situaciones con cierto distanciamiento ingenioso, burlón, y aunque sea en apariencia, ligero” (Real Academia de la Lengua (2001) Diccionario de la lengua española, edición 22), a diferencia del humor (estado), el humorismo es una acción que se expresa mediante una determinada materialidad discursiva.
El humorismo según Acevedo es fruto de la melancolía de un alma elevada que llega incluso a divertirse con aquello que le entristece. En el humorismo el sujeto se identifica emotivamente con el objeto de su crítica (sociedad o personaje concreto que considera ridículo o nefasto)  en donde pone en evidencia aquellas actitudes reprochables.
El humor propone una lectura diferente de lo social, impone rupturas, desplazamientos y transgresiones mediante las cuales cuestiona las respuestas habituales del sujeto, a diferencia de la comicidad que solo busca entretener, amenizar, o bien agredir a blancos específicos. La RAE define comicidad como algo relativo a lo cómico (perteneciente o relativo a la comedia) que busca divertir o excitar la risa, creando un vínculo con un tipo de espectáculo: la comedia. La comicidad se materializa en una determinada materialidad discursiva, en donde Alonso de Santos (1998, La escritura dramática, Madrid) propone diferentes canales para la comicidad: la verbal (aquellas frases hechas), doble sentido y juegos de palabras.
Los términos humor, humorismo y la comicidad se han relacionado a lo largo del tiempo con diversos autores tales como Schopenhauer, Henri Bergson y Orellana Benado. Es necesario destacar al autor chileno Rodrigo Lira, ya que abunda en su poesía el uso de la ironía, la experimentación con el lenguaje, la intertextualidad y la crítica, en donde rescata e introduce el habla coloquial, utilizando un humor punzante en el interior de su obra que quebró la continuidad de una tradición poética enmarcada en la opresión objetiva y subjetiva en que se encontraba Chile durante la dictadura, marcando una practicidad que correspondía más que nada a preocupaciones de orden teórico, chocando así a todo paso con lo que él denominaba “los postes de la realidad”.
Se evidencia en sus textos que siempre se las arregla para tocar la nota hilarante de situaciones políticas o existencialmente dramáticas que él, mediante manipulaciones de lenguaje, desdramatizaba.
“Aunque cabe la posibilidad de que sea mejor
                                                                       no hacer nada
                                                                       nada hacia la izquierda
                                                           nada
                                               hacia 
la
            derecha
                                               nada hacia adelante tampoco, más aún,
especialmente, nada hacia adelante -está la inercia
                                               nada hacia atrás, no se puede,
trate usted de nadar hacia atrás, no se puede, la historia 
                                                                                              no retrocede°.
(Proyecto de Obras Completas, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, 2003)
Sus obras poseían un sexto sentido para detectar la ridiculez o la impostura donde una mayoría se obliga a emocionarse, en donde su humor coincide con lo que se puede entender como un humor literario, es decir, le divierte el desajuste que se produce entre la retórica de un texto y la situación representada.
“Roberto cae se estrella en el suelo de baldosas
y muere
Roberto resbala por ocho pisos de caja- escala
se desliza por el aire de ocho pisos de distancia      v
                                                                                  e
                                                                                  r
                                                                                  t
                                                                                  i
                                                                                  c
                                                                                  a
                                                                                  l”
(Proyecto de Obras Completas, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, 2003)
Los temas más tratados en la literatura de Lira son aquellos amores frustrados, el absurdo, el provincialismo arrogante y la retórica de los actores sociales. Los recogía de manera sarcástica y lo hacía aparecer en uno de sus cuadros poéticos, provocando muchas veces la catarsis de las risas nerviosas.
Rodrigo Lira logró intervenir en lo social con el dudar del lenguaje de sus puntos débiles para hacerlos estallar y jugar con ellos, insertándolos en una realidad de la que también duda, con la que se enoja, que niega y que a la vez construye desde lo imposible.
El autor trabaja desde el humorismo, desde lo grotesco y logra crear en cada uno de sus escritos un mundo desquiciado, donde el caos y el desorden se convierten en lo cotidiano. También nos invita (sin invitarnos) a reflejar y reflexionar desde la acción misma de la palabra y buscar el punto donde pararnos cuando se pierde el equilibrio de la letra impresa, siendo fiel reflejo el Proyecto de Obras Completas.
“No descansa la poesía
                                               está c
                                                           ol
                                                                       g
                                                                                  an
                                                                                              do
en la dirección de Bibliotecas Archivos y Museos de Artí
culos de lujo, de primera necesidad,
                                    oh, poetas! No cantéis
a las rosas, oh, dejadlas madurar y hacedlas
mermelada de mosqueta en el poema”.

(Proyecto de Obras Completas, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, 2003)
Jorge Montealegre, poeta y amigo de Lira, considera que se le podría llamar un poeta múltiple, a quien la poesía se le volvió insuficiente, y por tanto, debió recurrir a nuevas técnicas como los comics y parodias.
Si nos detenemos a pensar en el título del libro “Proyecto de obras completas” nos daremos cuento que el título es la clave de lectura, la manera cierta en que Lira, el yo literario o ambos, quiso que se recibieran sus poemas. Demostrando una evidente ambición litería.
“...con respecto a mis textos y manuscritos, no sé si
se podrá hacer algo. Durante mucho tiempo les tuve
mucho cariñoo y les atribuí importancia. Ahora las
cosas han cambiado, pero de todas maneras sentiría
que se destruyeran así no más ...”
(fragmento de la carta que Rodrigo dejó a
sus padres)
(“Proyecto de Obras Completas”, Rodrigo Lira, Editorial Universitaria, pág. 23)
Al leer este libro con tiempo, detención y dedicación, como poemas que son, se vuelve a la clave evidente del título, donde se muestra su singular fisonomía del yo. Sin falso pudor, a fuerza de desaliento emocional, existe una voz omnipresente en la mayoría de los poemas, declarando su ambición de alcanzar diferentes niveles en la escritura, estos poemas conforman producciones laboriosamente redondeadas, con principio, fin y recepción es por esto que utiliza el sustantivo “obras” y no textos, ya que la intensión es que estas obras reciban un reconocimiento masivo, crítico e histórico tal que deban ser recopiladas en tomos de “obra completa”, para su debido examen como un conjunto.
Otro rasgo igualmente característico de la voz de Lira, es la precariedad. La expresión de la falla, del defecto, de la anomalía que queda manifiesta en el carácter provisorio de su escritura. Provocando la sensación de que se está leyendo el cuaderno de poemas de un genio, o el esqueleto de una obra maestra, es precisamente eso lo que busca transmitir la voz de Lira.
La esencia de “Proyecto de Obras Completas” es su absoluta conciencia formal y, a pesar de ello, su voluntad de imperfección.
El Autor pide al Lector diScurpas por la molestia (Su Propinaes Misuerdo)”.
El libro incluye largas dedicatorias y epígrafes, que progresivamente va modificando la disposición convencional de los versos y el yo se disuelve en una serie de bromas a costa de Neruda, Parra, de Rokha, Huidobro y Lihn. El yo intenta validarse mediante la poesía, el sujeto que habla, habla porque necesita que alguien lo escuche. Aún detrás del humor  “queda el sonido de la voz sobre la página, la inflexión ronca de quien ha reído o llorado mucho” (Carlos Labbé, 2006).
En los escritos de Rodrigo Lira se puede comprobar una de las teorías que explican la naturaleza del humor, en donde se pueden observar ciertas similitudes entre la teoría de Freud y de Aristóteles: en ambas, el alma se caracteriza por tener pasiones que luchan por liberarse, en donde el humorismo tiene la misión de purificar el alma, descargar tensiones por medio de un artificio en el que la realidad queda representada frente a nosotros, siendo su contemplación un arma que aplaza el dolor y a la vez nos prepara para enfrentarlo. Dicha teoría queda expuesta en el poema Angustioso caso de soltería de Rodrigo Lira, el hablante lírico solicita compañía mediante un aviso público, en donde desenmascara los vicios y problemas de su sociedad. La honestidad con que el hablante lírico hace su propia descripción irrumpe el mundo de apariencias que vive su entorno social y resquebraja los sistemas de creencias, que hacen parecer al poema un acto absurdo. Así, notamos con claridad que el poema hace a un lado un montón de reglas y presupuestos, ya que la sociedad que privilegia mucho más las apariencias antes que la verdadera identidad. En esa misma línea, lo que hace Lira en este poema es utilizar la potencialidad de la humoricidad para reflexionar a su favor, así, critica a la sociedad de su época y presenta un personaje (hablante lírico) que vive fuera de las normas convencionales del individuo medio.
El poema se muestra como un ejercicio de escritura en un medio social, que escapa hacia un ángulo lírico y artístico, en donde nos presenta una dimensión de la humoricidad que configura el texto y nos provoca la comprensión y piedad de aquel hablante. Nos entrega una reflexión y función terapéutica para el sujeto lírico, quien en la escritura se asume como un individuo decadente dentro de la sociedad en la que vive.
Juan Esteban Pons Ferrer (el individuo representado en la foto de la izquierda)
historiador y arqueólogo (anda por donde nadie lo llama, desenterrando karmas,
............. chismes y pasados)
ingeniero de futuros utopizantes (dispone de varios para compartir)
rara especie de pájaro parlante de gayo a rayas (muy rayado)
parecido a los que tenían en La Isla de Pala, según narra San Aldous Huxley
.(ayuda -a veces, al menos- a concienciar situaciones, a darse cuenta)
nacido el 26 de diciembre de 1949 a las 11:30 A.M.
hastiado y harto -y harto- de experimentarse a sí mismo como
...............huna hentidad hincompleta
considerando
...............-el cierre de la agencia matrimonial "L´Amour"
...............-los sucesos que son del dominio del público -y los que no lo son-
...............-el aumento de la radioactividad en la biósfera
......................de los gases propelentes en la ionósfera
......................de los precios y tarifas y
...............-la situación en general y
.......................en particular la suya de él
ha decidido hacer aparecer a la luz pública el siguiente
..................... P O E M A A N U N C I O...”




Rodrigo Lira



Rodrigo Lira Canguilhem (Santiago 26 de diciembre de 1949- 26 de diciembre de 1981) fue un poeta chileno. Su poesía está en la línea de otros vates chilenos que le precedieron, como Nicanor Parra y Enrique Lihn. Abunda en sus textos el uso de la ironía, la experimentación con el lenguaje, la intertextualidad, la crítica, y un humor particularmente negro, del que todos son víctimas, incluso él mismo.

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